La
primavera besaba
suavemente
la arboleda,
y
el verde nuevo brotaba
como
una verde humareda.
Las
nubes iban pasando
sobre
el campo juvenil…
Yo
vi en las hojas temblando
las
frescas lluvias de abril.
Bajo
ese almendro florido,
todo
cargado de flor
-recorde-,
yo he maldecido
mi
juventud sin amor.
Hoy,
en mitad de la vida,
me
he parado a meditar…
¡Juventud
nunca vivida
quién
te volviera a soñar!
Antonio
Machado
¡Preciosos siempre los poemas de Machado!
ResponderEliminarUn abrazo.