Y
fue a esa edad... Llegó la poesía
a
buscarme. No sé, no sé de dónde
salió,
de invierno o río.
No
sé cómo ni cuándo,
no,
no eran voces, no eran
palabras,
ni silencio,
pero
desde una calle me llamaba,
desde
las ramas de la noche,
de
pronto entre los otros,
entre
fuegos violentos
o
regresando solo,
allí
estaba sin rostro
y
me tocaba.
Foto cedida por Петрович (Petrovich). Ucrania
Yo
no sabía qué decir, mi boca
no
sabía
nombrar,
mis
ojos eran ciegos,
y
algo golpeaba en mi alma,
fiebre
o alas perdidas,
y
me fui haciendo solo,
descifrando
aquella
quemadura,
y
escribí la primera línea vaga,
vaga,
sin cuerpo, pura
tontería,
pura
sabiduría
del
que no sabe nada,
y
vi de pronto
el
cielo
desgranado
y
abierto,
planetas,
plantaciones
palpitantes,
la
sombra perforada,
acribillada
por
flechas, fuego y flores,
la
noche arrolladora, el universo.
Y
yo, mínimo ser,
ebrio
del gran vacío
constelado,
a
semejanza, a imagen
del
misterio,
me
sentí parte pura
del
abismo,
rodé
con las estrellas,
mi
corazón se desató en el viento.
Pablo
Neruda
0 comentarios:
Publicar un comentario