Yo
la encontré por mi destino,
de
pie a mitad de la pradera,
gobernadora
del que pase,
del
que le hable y que la vea.
Y
ella me dijo: "Sube al monte.
Yo
nunca dejo la pradera,
y
me cortas las flores blancas
como
nieves, duras y tiernas."
Foto cedida por Charlotte Maria Moroni. Suiza
Me
subí a la ácida montaña,
busqué
las flores donde albean,
entre
las rocas existiendo
medio
dormidas y despiertas.
Cuando
bajé, con carga mía,
la
hallé a mitad de la pradera,
y
fui cubriéndola frenética,
con
un torrente de azucenas.
Y
sin mirarse la blancura,
ella
me dijo: "Tú acarrea
ahora
sólo flores rojas.
Yo
no puedo pasar la pradera."
Trepe
las penas con el venado,
y
busqué flores de demencia,
las
que rojean y parecen
que
de rojez vivan y mueran.
Gabriela
Mistral
Bonito paisaje.
ResponderEliminarsuiza tiene que ser precioso
Debe de ser espectacular!!!
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