POEMA
DEL ÁRBOL
Foto cedida por K.P.Tse. Hong Kong
Árbol,
buen árbol, que tras la borrasca
te
erguiste en desnudez y desaliento,
sobre
una gran alfombra de hojarasca
que
removía indiferente el viento…
Hoy
he visto en tus ramas la primera
hoja
verde, mojada de rocío,
como
un regalo de la primavera,
buen
árbol del estío.
Y
en esa verde punta
que
está brotando en ti de no sé dónde,
hay
algo que en silencio me pregunta
o
silenciosamente me responde.
Sí,
buen árbol; ya he visto como truecas
el
fango en flor, y sé lo que me dices;
ya
sé que con tus propias hojas secas
se
han nutrido de nuevo tus raíces.
Foto cedida por K.P.Tse. Hong Kong
Y
así también un día,
este
amor que murió calladamente,
renacerá
de mi melancolía
en
otro amor, igual y diferente.
No;
tu augurio risueño,
tu
instinto vegetal no se equivoca:
Soñaré
en otra almohada el mismo sueño,
y
daré el mismo beso en otra boca.
Y,
en cordial semejanza,
buen
árbol, quizá pronto te recuerde,
cuando
brote en mi vida una esperanza
que
se parezca un poco a tu hoja verde…
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