Agua
verde, verde, verde,
agua
encantada del Júcar,
verde
del pinar serrano
que
casi te vio en la cuna
bosques
de san sebastianes
en
la serranía oscura,
que
por el costado herido
resinas
de oro rezuman;
verde
de corpiños verdes,
ojos
verdes, verdes lunas,
de
las colmenas, palacios
menores
de la dulzura,
y
verde rubor temprano
que
te asoma a las espumas
de
soñar, soñar tan niña
con
mediterráneas nupcias.
Foto cedida por K.P.Tse. Hong Kong
Álamos,
y cuántos álamos
se
suicidan por tu culpa,
rompiendo
cristales verdes
de
tu verde, verde urna.
Cuenca,
toda de plata,
quiere
en ti verse desnuda,
y
se estira, de puntillas,
sobre
sus treinta columnas.
No
pienses tanto en tus bodas,
no
pienses, agua del Júcar,
que
de tan verde te añilas,
te
amoratas y te azulas.
No
te pintes ya tan pronto
colores
que no son tuyas.
Tus
labios sabrán a sal,
tus
pechos sabrán a azúcar
cuando
de tan verde, verde,
¿dónde
corpiños y lunas,
pinos,
álamos y torres
y
sueños del alto Júcar?
Gerardo
Diego
Precioso como siempre
ResponderEliminarMuchas gracias!!!!
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