lunes, 19 de octubre de 2015

Flores en Portugal


Bastábale al clavel verse vencido

del labio en que se vio, cuando esforzado

con su propia vergüenza, lo encarnado

a tu rubí se vio más parecido,

 

sin que en tu boca hermosa dividido

fuese de blancas perlas granizado,

pues tu enojo, con él equivocado,

el labio por clavel dejó mordido;

 

si no cuidado de la sangre fuese,

para que, presumir a tiria grana,

de tu púrpura líquida aprendiese.

 

Sangre vertió tu boca soberana

porque roja victoria amaneciese

llanto al clavel y risa a la mañana.

 

Francisco de Quevedo

2 comentarios:

  1. Hombre, unos clavelitos no le habrían venido mal a estos versos de Quevedo ¡y eso que la foto es preciosa, eh!
    Un besito.

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  2. Lo sé lo sé, pero es que al leerla ya deseaba ponerla y no me habían cedido fotos de claveles y no tenía propias,..jejejeje,...me has pillado

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