lunes, 19 de abril de 2021

BULBOS ¿Y ahora qué?

 


Estamos disfrutando en esta fechas de las floraciones de plantas bulbosas como tulipan, crocus, azucenas, fresias, gladiolos, Iris, narcisos, anémonas, dalias , jacintos, muscari o nazarenos y muchos más pero no podemos disfrutar todo el año de sus espectaculares colores y en breve deberemos saber cómo proceder cuando tan solo nos queden los bulbos porque se haya marchitado definitivamente su flor.

Antes de nada y a groso modo queremos definiros en breves palabras que es una planta bulbosa. Son plantas  cuyos tallos subterráneos, propios de plantas perennes geófitas, suponen una adaptación para proteger a las yemas de recambio durante la estación desfavorable; además suelen ser órganos de reserva y contribuyen a la multiplicación vegetativa. Se mantiene siempre a la misma profundidad gracias a la posesión de raíces contráctiles. Como pueden ser: 

- Rizoma, tallo de crecimiento horizontal bajo la superficie del terreno provisto de catáfilos, yemas y ramas laterales. Las yemas de este tallo subterráneo originan brotes que salen al exterior y se cubren de hojas. En la mayoría de las especies del género Iris, las hojas y los pedúnculos florales se forman en el rizoma en crecimiento. Las raíces adventicias también se forman en los nudos y en ocasiones sobreviven durante toda la vida del rizoma. Otros rizomas, como los de Canna, producen tallos foliares erectos con flores terminales en cada tercer nudo. Otro buen ejemplo es la Achimenes.

- Bulbo, tallo muy corto de crecimiento vertical que lleva raíces fibrosas en la parte inferior y una yema en la parte superior. Esta yema está protegida por unas hojas carnosas que almacenan sustancias de reserva. Presenta una yema apical y hojas densamente dispuestas; en la axila de las hojas se forman yemas laterales que producen nuevos bulbos. Como ejemplo se pueden nombrar el género Tulipa.

- Cormo, también denominados bulbos sólidos o macizos, están básicamente formados por tejidos del tallo. Sus hojas son habitualmente finas y mucho menores que las de los bulbos; por consiguiente, las reservas almacenadas en el cormo lo son en el tallo carnoso. Algunas plantas como el Crocus y el Cyclamen producen cormos.

- Tubérculos caulinares, tallo subterráneo con el hipocótilo o varios nudos deformados por la acumulación de sustancias de reserva. Las yemas de estos tallos originan brotes que salen al exterior. Se diferencian de los tubérculos radicales en que tienen yemas y catafilos. Un ejemplo es la patata.

 

Después de esta explicación para tener un poco más claro el concepto de plantas bulbosas, retomamos la idea de qué hacer con los bulbos una vez florecidos. Hay bulbos como el muscari o el narciso se pueden dejar en el suelo para que den futuras flores un par de temporadas más pero en su gran mayoría es aconsejable extraerlos porque no admiten el frio del invierno y sus inclemencias bajo el suelo. Por tanto, deberemos, EXTRAER, LIMPIAR Y ALMACENAR hasta la próxima temporada, los de primavera se plantaran en otoño y los de verano en invierno.


 

¿Cuando se extrae el bulbo?

En el caso de los bulbos resistentes los dejamos en tierra como ya habíamos mencionado anteriormente, a este proceso se le llama naturalizar el bulbo. Una vez seca las flores se cortan y una vez lo haga la planta se hace a ras de tierra.

Ahora bien en el caso de los que llevan peor las incidencias del invierno, lo aconsejable será sacarlos de la tierra una vez se haya secado la planta completamente.

El método de extracción es muy sencillo excavaremos alrededor de la planta dejando una distancia de varios centímetros respecto al tallo para no dañar el bulbo ni las raíces.

 

¿Qué hacemos para almacenarlos?

Primero y muy importante una vez desenterrados todos los bulbos debemos proceder a su secado antes de guardarlos para que eliminen el exceso de humedad acumulado dentro de la tierra. Ya sea dejándolos sobre papel de periódico al sol o bien dentro de casa durante uno o dos días hasta completamente seco el bulbo como la tierra de alrededor.

A continuación, limpiamos los bulbos de cualquier resto de tierra utilizando un cepillo de dientes viejo o un pincel. Ahora, realizamos también una preselección y revisión de los bulbos, apartando todos aquellos que veamos podridos, huecos, muy blandos o dañados. Así evitamos que dañen  otros bulbos sanos. En el caso de que alguno de ellos se ha reproducido y tiene hijos, debemos separarlos y de esta manera conseguiremos nuevas plantas el próximo año.

Para una buena conservación se hace de forma individual envolviendo cada uno de ellos en papel de periódico. El papel cumple una triple misión, absorbe cualquier resto de posible humedad, permite que los bulbos se aireen y además les protege de los demás si alguno se pudre o estropea una vez guardado.

Para su almacenaciento lo ideal es una zona seca y fresca donde la temperatura no supere los 10 grados y tampoco baje de 0 grados: un garaje, un sótano o trastero sin calefacción, una parte cubierta de una terraza resguardados dentro de un armario, pero si no hay otro remedio dentro de casa puede llegar a germinar antes de tiempo. Por último recordar que periodicamente durante este periodo de reposo de los bulsos reviseis por si alguno de los pequeñines se ha estropeado y retirarlo

Muchas gracias esperamos que os haya servido de ayuda.

 


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