Estamos disfrutando en esta fechas de las floraciones de plantas bulbosas como tulipan, crocus, azucenas, fresias, gladiolos, Iris, narcisos, anémonas, dalias , jacintos, muscari o nazarenos y muchos más pero no podemos disfrutar todo el año de sus espectaculares colores y en breve deberemos saber cómo proceder cuando tan solo nos queden los bulbos porque se haya marchitado definitivamente su flor.
Antes de nada y a groso modo queremos definiros en breves palabras que es una planta bulbosa. Son plantas cuyos tallos subterráneos, propios de plantas perennes geófitas, suponen una adaptación para proteger a las yemas de recambio durante la estación desfavorable; además suelen ser órganos de reserva y contribuyen a la multiplicación vegetativa. Se mantiene siempre a la misma profundidad gracias a la posesión de raíces contráctiles. Como pueden ser:
- Rizoma, tallo de crecimiento horizontal bajo la
superficie del terreno provisto de catáfilos, yemas y ramas laterales. Las
yemas de este tallo subterráneo originan brotes que salen al exterior y se
cubren de hojas. En la mayoría de las especies del género Iris, las hojas y los
pedúnculos florales se forman en el rizoma en crecimiento. Las raíces
adventicias también se forman en los nudos y en ocasiones sobreviven durante
toda la vida del rizoma. Otros rizomas, como los de Canna, producen tallos
foliares erectos con flores terminales en cada tercer nudo. Otro buen ejemplo
es la Achimenes.
- Bulbo, tallo muy corto de crecimiento vertical
que lleva raíces fibrosas en la parte inferior y una yema en la parte superior.
Esta yema está protegida por unas hojas carnosas que almacenan sustancias de
reserva. Presenta una yema apical y hojas densamente dispuestas; en la axila de
las hojas se forman yemas laterales que producen nuevos bulbos. Como ejemplo se
pueden nombrar el género Tulipa.
- Cormo, también denominados bulbos sólidos o macizos,
están básicamente formados por tejidos del tallo. Sus hojas son habitualmente
finas y mucho menores que las de los bulbos; por consiguiente, las reservas
almacenadas en el cormo lo son en el tallo carnoso. Algunas plantas como el
Crocus y el Cyclamen producen cormos.
- Tubérculos caulinares, tallo subterráneo con el
hipocótilo o varios nudos deformados por la acumulación de sustancias de
reserva. Las yemas de estos tallos originan brotes que salen al exterior. Se
diferencian de los tubérculos radicales en que tienen yemas y catafilos. Un
ejemplo es la patata.
Después de esta explicación para tener un poco más claro el concepto de plantas bulbosas, retomamos la idea de qué hacer con los bulbos una vez florecidos. Hay bulbos como el muscari o el narciso se pueden dejar en el suelo para que den futuras flores un par de temporadas más pero en su gran mayoría es aconsejable extraerlos porque no admiten el frio del invierno y sus inclemencias bajo el suelo. Por tanto, deberemos, EXTRAER, LIMPIAR Y ALMACENAR hasta la próxima temporada, los de primavera se plantaran en otoño y los de verano en invierno.
¿Cuando se extrae el bulbo?
En el caso de los bulbos resistentes los dejamos en tierra como ya habíamos mencionado anteriormente, a este proceso se le llama naturalizar el bulbo. Una vez seca las flores se cortan y una vez lo haga la planta se hace a ras de tierra.
Ahora
bien en el caso de los que llevan peor las incidencias del invierno, lo aconsejable
será sacarlos de la tierra una vez se haya secado la planta completamente.
El método
de extracción es muy sencillo excavaremos alrededor de la planta dejando una
distancia de varios centímetros respecto al tallo para no dañar el bulbo ni las
raíces.
¿Qué hacemos para almacenarlos?
Primero y
muy importante una vez desenterrados todos los bulbos debemos proceder a su
secado antes de guardarlos para que eliminen el exceso de humedad acumulado
dentro de la tierra. Ya sea dejándolos sobre papel de periódico al sol o bien
dentro de casa durante uno o dos días hasta completamente seco el bulbo como la
tierra de alrededor.
A
continuación, limpiamos los bulbos de cualquier resto de tierra utilizando un
cepillo de dientes viejo o un pincel. Ahora, realizamos también una
preselección y revisión de los bulbos, apartando todos aquellos que veamos
podridos, huecos, muy blandos o dañados. Así evitamos que dañen otros bulbos sanos. En el caso de que alguno
de ellos se ha reproducido y tiene hijos, debemos separarlos y de esta manera
conseguiremos nuevas plantas el próximo año.
Para una
buena conservación se hace de forma individual envolviendo cada uno de ellos en
papel de periódico. El papel cumple una triple misión, absorbe cualquier resto
de posible humedad, permite que los bulbos se aireen y además les protege de
los demás si alguno se pudre o estropea una vez guardado.
Para su
almacenaciento lo ideal es una zona seca y fresca donde la temperatura no
supere los 10 grados y tampoco baje de 0 grados: un garaje, un sótano o
trastero sin calefacción, una parte cubierta de una terraza resguardados dentro
de un armario, pero si no hay otro remedio dentro de casa puede llegar a
germinar antes de tiempo. Por último recordar que periodicamente durante este
periodo de reposo de los bulsos reviseis por si alguno de los pequeñines se ha
estropeado y retirarlo
Muchas
gracias esperamos que os haya servido de ayuda.
Buen artículo amigo Raúl.
ResponderEliminarUn abrazo y buen resto de semana.
MUchas gracias amigo
EliminarMuy interesante. Besos.
ResponderEliminarGracias. Besetes
EliminarGenial! Muchas Gracias
ResponderEliminarDe nada
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