Un
grupo de granjeros inició su construcción en 1916. Buscaban depósitos de agua
bajo las tierras secas para nutrir sus cultivos. Perforaron en este punto del
paisaje y encontraron agua, pero termal, demasiado caliente para regar.
Años
después, en 1964, una empresa de energía geotérmica vio en el agua caliente
materia prima y perforó unos metros más al norte pero también fracasó, en este
caso por la razón contraria: el agua no estaba lo caliente que esperaban. Desde
entonces el agua ardiente brota sin descanso de las entrañas del desierto. No
está claro si la compañía no selló la salida de agua o sí lo hizo pero la
presión venció la obstrucción.
Con
el paso de los años los géiseres han pasado de ser simples agujeros en el suelo
a adquirir su característica forma de montículos que le merece el apodo de Los
Tres Budas. Las protuberancias, que crecen varios centímetros cada año, están
hechas del carbonato de calcio disuelto que se solidifica a medida que el agua
se evapora. El color de la roca varía según la abundancia de minerales que se
depositan arrastrados con el carbonato cálcico. Sobre ella habitan las algas
termófilas que dan más color aún a la estructura.
Toda
la información ha sido obtenida de la siguiente dirección, pinchar aquí.
Me encanta este reportaje.
ResponderEliminarA mi también me gustó como lo escribieron yo tan solo incorpore los vídeos.
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