Al
sudoeste de Turquía, concretamente en el valle del río Menderes, en la
provincia de Denizli, donde se disfruta de un clima templado la mayor parte del
año, se encuentra Pamukkale, "castillo de algodón" en turco, una zona
natural, que es al mismo tiempo una famosa atracción turística.
La
antigua ciudad de Hierápolis se construyó en lo alto del ‘castillo’ blanco, que
en total tiene 2700 m de longitud y 160 m de altura. Puede ser divisado a gran
distancia, por ejemplo, si vamos conduciendo por las colinas del lado opuesto
del valle hacia la ciudad de Denizli, que está a 20 km, o viajando desde la
costa de Antalya y el mar Egeo.
Pamukkale
es una extraña formación geológica, que se encuentra en la región del Egeo en
Turquía. A simple vista, son una serie de terrazas escalonadas llenas de aguas
con alto contenido de calcio de increíble belleza. Los movimientos tectónicos
que tuvieron lugar en la depresión de la falla de la cuenca del río Menderes no
sólo causaron frecuentes terremotos sino que también ocasionaron la aparición
de numerosas fuentes de aguas termales. Fueron esas aguas, con su alto
contenido en minerales las que crearon Pamukkale.
Antes
de ser declarado Patrimonio de la Humanidad, Pamukkale estuvo muy descuidado
durante las últimas décadas del siglo XX, época en la que se construyeron
hoteles en lo alto del lugar que destruyeron parte de los restos de Hierápolis.
Las aguas termales de las fuentes se utilizaron para llenar las piscinas de los
hoteles y se vertieron aguas residuales justo sobre el monumento, de ahí que
adquiriera un tono parduzco; además, se construyó una rampa de asfalto para
acceder a la parte principal. Los turistas se paseaban con los zapatos puestos,
se lavaban con jabón y champú en las pozas, subían y bajaban por las laderas
montados en bicicletas y motocicletas. Para cuando la Unesco dirigió su
atención hacia Pamukkale, el lugar estaba perdiendo su atractivo. Entonces se
intentó restaurar: se demolieron los hoteles y la rampa se cubrió con pozas
artificiales a las que hoy los turistas pueden acceder sin zapatos (a
diferencia de lo que ocurre en otras zonas del lugar), y donde se pueden
encontrar renacuajos; se realizó un canal alrededor de la rampa para recoger el
agua e impedir que se derramara; se dejó que las zonas de color parduzco se
blanquearan al sol y se evitó que estuvieran cubiertas de agua para atenuar el
problema, razón por la cual muchas pozas permanecen vacías. Siguiendo un
programa establecido, otras zonas de la parte superior de la colina se llenan
de agua y se abren al público durante una o dos horas.
La
actividad volcánica subterránea que causa las fuentes termales también causó
que se filtrara dióxido de carbono en una cueva de Hierápolis a la que se llamó
cueva de Plutón. Fue bautizada con ese nombre porque la gente que entraba allí
moría a causa del gas y se pensaba que era Plutón, dios de los infiernos, el
que enviaba ese gas.
Un lugar precioso
ResponderEliminarA mi también me lo parece. Y mi padre que ha estado allí dice que aún es mejor.
EliminarNo es lo mismo en foto quevetlo en persona,es otra realidad diferente. Quiero decir que es mucho mejor verlo Com tus propios ojos.mas bonito todavía.
EliminarSiempre es mejor verlo porque además vives la experiencia y si ni podemos ir siempre nos queda plantukis para verlo. Jejeje
EliminarY donde se explica todo con detalle y muy bien,como si estuvieras allí.
EliminarMuchas gracias Puri
EliminarUn lugar realmente increíble ¡la Naturaleza nunca deja de sorprendernos!
ResponderEliminarUn beso.
Cierto pero sabes que tristemente nosotros tampoco dejamos de sorprender a la naturaleza.
EliminarEs verdad y tiene mucho que enseñarnos y nosotros mucho que aprender de ella.
ResponderEliminarUn beso para ti también.
Muchísimo tenemos que aprender de ella.
EliminarQue lugares tan maravillosos tiene la naturaleza. Un beso.
ResponderEliminarMuy cierto y en ocasiones que mal sabemos cuidarlo. Un besete
EliminarPues sí...
EliminarSi
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