Los
Jardines suponen una parte fundamental del Alcázar, habiendo experimentado
diversas transformaciones estilísticas, desde su trazado primitivo. El paseo
por los Jardines del Alcázar constituye uno de los más agradables de Sevilla,
donde se aúnan caracteres árabes, renacentistas y modernos. Están dispuestos en
terrazas, de vegetación verdeante, multitud de naranjos y palmeras, con fuentes
y pabellones donde se respira frescor y quietud, lugar para el sosiego y
descanso en la ciudad.
La
parte más próxima al palacio, realizada en época renacentista, se encuentra
compartimentada por muros decorados con fuentes y portadas manieristas, sin
ninguna vinculación entre ellos, lo que los enlaza con la herencia musulmana,
al igual que la proliferación de fuentes bajas forradas de azulejos y la
práctica de cubrir los muros con naranjos en espaldera. Estos jardines más
próximos al conjunto arquitectónico son los siguientes, comenzando por la
salida procedente del palacio gótico hacia la derecha:
Jardines de Mercurio
Jardín
de la danza. Formado por un gran estanque, situado
a la altura del palacio y más alto por tanto que el resto de los jardines, se
encuentra presidida la alberca por la figura del dios Mercurio, realizada por
Diego de Pesquera y fundida por Bartolomé Morel en 1576, de estos autores son
también las barandas con leones en escudos en sus ángulos y 18 bolas con
remates piramidales que rodean el estanque. Todas estas piezas fueron doradas
en su origen, quedando algún resto del recubrimiento. De fondo se encuentra la
Galería del Grutesco para cuya construcción se aprovechó un antiguo lienzo de
muralla almohade, Su transformación en mirador y decoración se debe
fundamentalmente a Vermondo Resta, realizada alrededor de 1612, siendo considerada
la más manierista del Alcázar, está realizada por labores rústicas en piedras
de distinto tipo que simulan rocas marinas. Con estos elementos pétreos también
se enmarcan espacios cuadrangulares y de medio punto en los que en su mayoría
hay pinturas murales imitando mármol rojizo, en las que también se pintaron
figuras, fábulas mitológicas y aves exóticas, realizadas por Diego de Esquivel
en el siglo XVII. La galería se encuentra rematada en la parte superior a modo
de castillete almenado. Frente al estanque, se conserva una fuente con órgano
hidráulico del siglo XVII, recientemente restaurada.
En
un nivel superior se encuentran dos columnas que en su momento estuvieron
rematadas con esculturas de personajes mitológicos, que representaban un sátiro
y una ninfa bailando. En la zona inferior destaca una fuente que data del siglo
XVI, decorada con azulejos. También conocido como Jardín de las Damas. Es un
espacio de carácter rectangular dividido en tres tramos, desde el que se accede
al llamado "Baño de Doña María de Padilla", que constituye el jardín
subterráneo del jardín del crucero. Es un gran estanque con arcos de nervadura
en su parte superior.
Jardín de Troya
También
es llamado del Laberinto, nombre debido a las calles que componían su solería,
en el centro del mismo se encuentra una fuente. Este laberinto que aquí existía
fue suprimido a principios del siglo XX. Este jardín adosado a la zona
palaciega tiene origen musulmán que se mantiene hoy en detalles como la
intimidad proporcionada por los muros que los separan del jardín de las damas,
la musicalidad de las fuentes y la fragancia de las plantas aromáticas. La
fuente central consta de una taza del siglo X. La galería rústica que cierra el
jardín fue realizada por Vermondo Resta en 1606, en estilo manierista.
Real Alcazar de Sevilla. Foto propiedad de Shadowgate
Jardín de la Galera
Jardín
de las Flores. Está constituido por el espacio hacia
el fondo del jardín de Troya. Posee un corredor posiblemente de origen del
siglo XVI. Un muro con arco central lo separa del contiguo Jardín de las
Flores. Su nombre procede de las galeras de mirto que adornaban este jardín y
que se veían desde la galería balconada que sale del Salón de Embajadores.
Jardines
del Príncipe. Compuesto por un estanque acodado en
el muro, forrado por azulejos que datan de 1561.
Es
el último de los jardines de este primer tramo y los más antiguos, su nombre
procede del nacimiento, en un cuarto próximo, del príncipe Juan, hijo de los
Reyes Católicos. El trazado es de crucero y tiene una plantación heterogénea
donde coexisten indiscriminadamente, palmera, ciprés, magnolio, granado,
naranjo y otros arbustos, todo distribuido irregularmente, destaca la fuente de
Neptuno.
Otros.
En dirección a la izquierda hacia la salida del recinto del Alcázar se
encuentran:
Jardín
del Chorrón
Jardín
de la Alcubilla
Jardín
inglés. Del resto de los jardines cabe distinguir los
que se encuentran antes de atravesar la galería del grutesco, esta galería
avanza en dirección noroeste-sureste por los jardines y se extiende hasta el
llamado Jardín del Laberinto, dividiendo la zona verde en dos partes bien
diferenciadas, a un lado se encuentran:
Real Alcazar de Sevilla. Fotografía prpiedad de Sandra Vallaure
Jardín de la Cruz
Cenador
del León o del naranjal o de la alcoba, con la fuente del León. En él se
encuentra el Pabellón de Carlos V, construcción de 1543 con planta cuadrada y
pórticos en sus frentes y cubierta por una bóveda semiesférica. La decoración
es de azulejos y yeserías, realizadas por Juan Fernández, con mezcla de motivos
mudéjares y renacentistas.
Laberinto
Al
otro lado de la galería del Grutesco que se atraviesa por la Puerta del
Privilegio se accede a lo que constituía la primitiva zona de huertas,
convertidas también en jardines en los que abundan naranjos y limoneros:
Jardín del Marqués de la Vega
Inclán
Jardín
de los poetas, construido entre 1956 y 1958 por
Joaquín Romero Murube
Me encanta.Un vídeoprecioso.
ResponderEliminarEs grandísima y qué maravilla de jardín está perfectamente.
Se nota la mano de buenos profesionales.
La verdad que el lugar es maravilloso y como bien dices muy bien cuidado
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