Exquisito olor penetrante,
incremento de peculiar café,
inverosímil de fidedigna fragancia;
reinaba la concordia y la armonía
en una época de un invernadero día
en la cafetería, Flor de Córdova.
Foto cedida por Beatriz Tomlinson
La trascendencia invernal discernía
el frívolo lecho de mis pensamientos;
la reverencia primaveral conmovía
la irisada fuente conyugal de mis bríos .
¡Qué Bella flor de Dalia!
Foto cedida por Trammy Huynh. Australia
Flor de Dalia,
reinas en jardines de ámbitos humectantes,
bella flor silvestre de calor estival,
bella flor bucólica de prados campestres,
tubérculo carnoso de frigidez maternal;
prefieres vivir iluminada en lugares solares
y protegida del tenebroso vendaval.
Foto cedida por ki ka. Polonia
El floricultor te admira sensualmente,
satisfaces para ser glorificada estéticamente,
posees una innumerable atracción rústica
para arreglos ornamentales e florales;
flor de carmesí espiritual y magnánima ,
por naturaleza, eres admirable emblema
por tus hermosos y sensuales colores
y por tus aromas exuberantes .
¡Qué bella flor de Dalia!
Cesar Enrique Martínez
Preciosa entrada amigo Raúl, la poesía acompaña con creces a tan bellas y preciosas Dalias. Bellas palabras y no menos bellas flores.
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
as por tus palabras siempre tan cercanas a mi persona.
EliminarUn abrazo Juan
Dalia y poesía, maravillosa combinación. Ambas me encantan.
ResponderEliminarUn abrazo, Raúl!
A mi también.
EliminarUn fuerte abrazo
Buena compañía, las hermosas Dalias y un bonito poema, no se puede pedir. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarCierto Lola.
EliminarMuchas gracias